UN AÑO LOGRADO O UN AÑO PERDIDO?
Depende... Hay que tener en cuenta el tiempo que vivimos,
las circunstancias que nos rodean. Hoy no podemos estudiar solamente pensando en nosotros mismos, tenemos que solidarizar con todo lo que nos rodea (eco-logia).
Que haya sido un año para hacer grandes cambios en nosotros mismos,
que la cultura nos cambio, nos vuelva otros hombres y mujeres: mas humanos, mas ciudadanos.
Y a seguir adelante, sin desfallecer y sin limites... tras el desarrollo pleno de nuestro ser.
jlfg
martes, 18 de noviembre de 2014
lunes, 10 de noviembre de 2014
domingo, 9 de noviembre de 2014
lunes, 3 de noviembre de 2014
EDUCAR PARA DESPERTAR.
1.
Me
llama mucho la atención el relato del continuo fracaso en la educación. El coro
es al unísono de profesores, estudiantes y padres de familia. Grito que
curiosamente va acompañado de un sórdido silencio autocritico; más bien cada
grupo echa la culpa del fracaso a sus coparticipes.
2.
Por
otra parte, me sorprende la reacción espontanea y natural de diversos grupos de
niños y jóvenes a la propuesta que les he ido creando. En primer lugar,
entender que educación también significa “extraer” (y no únicamente significa “instruir”).
Esta visión, conlleva dedicar más del cincuenta por ciento del tiempo a
construir el “ser” que va a ser invitado a instruirse. Es decir, preparar al
sujeto que va a recibir la instrucción. Esto es de todo sentido común, como prepara
la vasija antes de llenarla de agua. Actividad que requiere liberarse del mito
que este tiempo de clase seria perder el tiempo.
3.
¿Cómo
hacer esto? En primer lugar, partiendo del ser de las personas que están presentes
(y no de los textos escritos). Al fijar la atención con energía positiva, llena
de amor y respeto por cada uno, ellos inmediatamente se sienten valorados e
invitados a percibir sus grandes potencialidades presentes, y con frecuencia
ocultas hasta para ellos mismos. En segundo lugar, “integrando” las diversas áreas
de la cultura. Así, mas allá del ramo que sea, hay tiempo para la poesía, el
cuento y la meditación. Resultando vivencias maravillosas para cada uno como
fruto del su propia introspección.
Finalizando, así, nuestras sesiones con espontáneos aplausos de parte de
los estudiantes que se acercan agradecidos a dar las gracias a su profesor por
lo que les ha mostrado de la maravilla que es cada uno de ellos cuando se
percibe a sí mismo y se vincula con el universo con amor, esperanza y
compromiso.
4.
Mi
nombre es José Leandro Flores Gómez, 63, que comparto con alegría y gran
esperanza el gran privilegio de ingresar a una sala de clase, no a ensenar sino
a recibir, aprender y ensenar con el ejemplo a aprender. (2014educarseparadespertar.blogspot.com)
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